Movilidad


05 Febrero 2017   Eduardo Llano

Opinión

Un nuevo día, prendo la radio: tantos asesinatos, tantos atracos y fleteos, tantos ataques a mujeres, escucho cual es la cortina de humo del día, salgo. Entre mi casa y la Estación veo 12 personas que amanecieron en la calle, he llegado a contar 34 entre el parque del perro y el MIO del Estadio, a algunos los he visto hace años deambular por ahí.

En la estación hay dos taquillas, pero solo una empleada, las puertas no funcionan, no hay pantalla ni modo de saber rutas ni frecuencias, los mapas borrados, despedazados, subo al bus. Es temprano pero el tubo del que me cuelgo ya está grasoso de quién sabe cuántos días y cuantas miles de manos. Veo una pasajera colada, una pequeña cucaracha que se asoma por un ducto de ventilación, nadie me lo contó yo lo vi. Pienso el riesgo de salud pública que puede generar la falta de mantenimiento de los buses, de eso nadie habla, pero está ahí, latente.

Llego al parqueadero, saco el carro, son casi las 6 am, tengo que llegar a la universidad en Pance antes de las 7, el primer atravesado del día es un pirata: carro viejo, placa borrosa y cupo lleno, muy golpeado, lo dejo pasar. Es evidente donde están los paraderos y las rutas que hacen los piratas y no pasa nada, los dejan ser y hacer, otra mafia más que padecemos los ciudadanos. ¿Será muy difícil poner a los alimentadores del MIO a hacer las rutas de los piratas?  ¿A quiénes les conviene esto?

¿No se dan cuenta nuestros gobernantes que toda tolerancia con el desgobierno genera más desgobierno? Si el ciudadano ve que a un ilegal no le pasa nada, si es evidente la impunidad y el contubernio con las autoridades, ese ciudadano se siente con derecho a trasgredir otras normas, a hacer justicia por su propia mano y a obedecer la ley solo cuando le conviene.

En cada semáforo decenas de personas venden contrabando, frutas, limpian vidrios, jóvenes que no tienen otra salida que hacer malabares para comer o quemarse las entrañas con gasolina por una moneda.

Hay que hacer algo más, algo distinto a lo que hemos venido haciendo, y reorganizar nuestras prioridades como sociedad, la movilidad vehicular es importante, pero tenemos que hablar más de movilidad social. ¿Qué vamos a hacer con los miles de jóvenes que no encuentran otra oportunidad que prostituirse, dormir o cuidar carros en la calle, vender dulces en el MIO o limpiar vidrios en los semáforos?

Enfoquemos nuestra intención en crear, ayudar, emprender, sanar, meditemos con la intención de parar tanta violencia, no solo en Cali si no en todas las ciudades de Colombia. En la práctica ciudanía preguntemos a nuestros dirigentes Más allá del show mediático y de los anuncios, ¿Qué podemos hacer? ¿Cada uno como ciudadano qué puede aportar? ¿Cuál es la acción colectiva que debemos emprender? Debemos pasar del desamparo en que nos sentimos como ciudadanos a la acción y del simple señalamiento a los corruptos, a la propuesta, a la presión social. Como Ciudadanos es nuestra responsabilidad. 


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Escrito por


Eduardo Llano Camacho

Eduardo Llano Camacho

Librepensador:. Practicante de Ho'oponopono. Lector del I-Ching. Asesor en Política. Comunicación. Estrategia. Exopolítica. Marketing Político-Social-Comercial y de Inclusión. Escritor de opinión y #Microcuentos.

Edullano  


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