Palabra que Sí
15 Septiembre 2016 Eduardo Llano
OpiniónMisael Pastrana Borrero era el secretario privado (La mano derecha) del Presidente Conservador Mariano Ospina Pérez en el momento del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948. De ese magnicidio y posterior persecución a los liberales Gaitanistas por parte del gobierno Conservador, nacieron las primeras guerrillas liberales que mutaron hasta convertirse en las FARC de hoy.
El 19 de abril de 1970, exactamente 22 años y 10 días después del magnicidio de Gaitán, el mismo Misael Pastrana fue “electo” presidente de Colombia fruto de un histórico fraude contra el virtual ganador: el candidato de la ANAPO (Alianza Nacional Popular), General Gustavo Rojas Pinilla, hecho que dio origen al movimiento 19 de abril M19.
Andrés Pastrana, hijo de Misael, y también expresidente, hoy se opone a la refrendación de los acuerdos de la Habana junto al Senador y expresidente Álvaro Uribe, al acuerdo con las FARC.
El M19 nació a la vida pública el 17 de febrero de 1974 como un movimiento político armado, en contra de la oligarquía plutocrática que hasta nuestros días gobierna Colombia. Buscaba una verdadera democracia, con justicia social.
En 1989 el M19 y el Estado firmaron un acuerdo de paz en marzo 9 de 1990, acuerdo que no fue protestado ni refrendado en las urnas por nadie, y que le permitió a su máximo líder de ese momento, Carlos Pizarro, postularse como candidato presidencial para las elecciones de 1990.
A Pizarro, como a Gaitán, lo mataron antes de las elecciones presidenciales, el 26 de abril de 1990. Ese día mi papá me esperó en la parada del bus del colegio, él tenía miedo de que se repitiera el 9 de abril de 1948, portaba su revolver en la cintura y mientras me llevaba a una cita odontológica me pidió que me fuera acostado en el piso del carro, eso nunca lo olvidaré.
Tanto en el ataque contra Pizarro, como en el ataque contra Gaitán mataron de inmediato a los sicarios. En el caso de Pizarro, a quien le dispararon en un avión en pleno vuelo, participaron agentes del Estado (DAS), así lo confesó el comandante paramilitar Carlos Castaño, pero de los autores intelectuales (los que dieron la orden) al igual que en el caso de Gaitán, aún no se sabe nada.
Invariablemente los enemigos de la paz la han querido sabotear, hay muchos que desean que la guerra no termine para que la verdad no se sepa, para que con la excusa de la guerra el pueblo colombiano no sea consciente de que es la desigualdad social causada, mantenida y reproducida por su élite corrupta, su verdadero y fundamental problema.
El lema de la campaña presidencial de Pizarro fue de alguna forma premonitorio a la coyuntura que vivimos hoy por la refrendación popular del acuerdo con las FARC y nos da una pista de lo que debemos gritar y marcar el próximo 2 de octubre. “Palabra que Sí”.